Con fumigación y eliminación de criaderos de zancudos se combate el dengue

En un recorrido con uno de los integrantes del equipo de fumigadores de la Secretaría de Salud, se evidenció la necesidad de eliminar los criaderos de zancudos para prevenir el dengue, zika y chikunguña. 

Con overol amarillo marcado con logotipo de la Alcaldía, gorra y tabla en mano, Adrián Chica llega a uno de los  barrios de Medellín  en donde se reportaron casos de dengue.
Después de pasar por las viviendas a solicitar los permisos y de tomar las medidas de precaución como cubrir alimentos, retirar enfermos y mascotas, llega el momento de fumigar.
Adrián y sus compañeros visitan cada casa identificada, recorren cuadras, callejones y senderos. La alegría de quienes se benefician con la actividad se refleja en los rostros de tranquilidad, al saber que el zancudo del dengue no los picará, al menos, en los próximos días. 

Con una gran aceptación se recorre una a una las viviendas, evitando que el zancudo pique a otras personas y les impida el desarrollo de sus actividades diarias. 

En medio de una nube de humo que elimina a los zancudos y que permanece por varios minutos en el ambiente, Adrián Chica y sus compañeros se despiden de la comunidad, pues han cumplido con su labor de fumigar alrededor de 200 viviendas por día.
Es así como se ejecuta el control de enfermedades transmitidas por vectores, el cual se complementa con acciones de búsqueda y eliminación de criaderos de zancudos, vigilancia entomológica y virológica y actividades de información, educación  y comunicación.
Este año se han fumigado más de 51.335 hogares de Medellín y se implementó un plan de choque qué logró una cobertura del 60% de la ciudad por medio de la fumigación con vehículos.
La responsabilidad de mantener los barrios libres de los zancudos transmisores del dengue es de toda la ciudadanía, buscando y eliminando criaderos, como son aguas acumuladas en objetos en desuso y cubriendo las aguas almacenadas. 
Adrián insiste en que para combatir el dengue es necesario desarrollar hábitos que impacten menos el entorno, pues con “la fumigación se controlan  los zancudos, pero no sus huevos”.