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jueves, 26 de enero de 2017

¿Desempleo al alza en 2017?

desempleo al alza bancolombia grafico

Correlación entre el índice de actividad económica ISE (adelantado) y la tasa global de participación urbana*  Fuente: DANE, Grupo Bancolombia

*Coeficientes de correlación calculados  sobre los promedios móviles de orden 3 de las series desestacionalizadas.

Las cifras del PIB hasta el 3T16 y los indicadores líderes para el último cuarto del año han confirmado que la desaceleración vivida en 2016 fue pronunciada. En efecto, con una estimación de apenas 1,8% el anterior apunta a ser el año de menor crecimiento en Colombia en lo que va de la presente década.

Con un entorno tan retador, llama la atención que el mercado laboral haya resultado poco afectado. Entre el cierre de 2015 y noviembre anterior la tasa de desempleo urbano (en su promedio trimestre móvil desestacionalizado) se mantuvo prácticamente inalterada en 9,1%.

Algún observador podría sostener que este resultado es una señal de que el mercado laboral colombiano es resiliente. Sin embargo, una explicación alternativa que planteamos a continuación es que dicho mercado, y en particular la oferta de mano de obra, responde de forma inversa y rezagada a la dinámica de la actividad productiva (ver gráfica).

La explicación intuitiva para ello es que un ambiente de bajo crecimiento económico conduce, en una primera instancia, a que las familias reajusten sus finanzas. No obstante, si la moderación persiste la necesidad de los hogares de recuperar su poder de compra lleva a que personas que estaban inactivas decidan buscar una ocupación remunerada. Esto genera un incremento en la oferta de mano de obra (medida a través de la tasa de participación). Si tal aumento de la oferta no se compensa con un incremento en la demanda por trabajadores, el resultado final es un aumento en la tasa de desempleo. 

La experiencia de Colombia en la desaceleración generada por la crisis global es muestra de ello. La quiebra de Lehman produjo un frenazo de la actividad productiva, que fue especialmente agudo en el último trimestre de 2008. Para ese momento la tasa de participación estaba reduciéndose, ya que la población inactiva estaba creciendo, en buena medida porque más personas se estaban quedando en su hogar o estaban estudiando. Un comportamiento similar a este se observó en el mercado laboral durante la mayor parte de 2016.

No obstante, para el segundo semestre de 2009 esta tendencia cambió: los inactivos pasaron a caer casi 8%, y entre ellos los dedicados a oficios domésticos se redujeron en más de 16%. Como resultado, la tasa global de participación registró aumentos anuales superiores a 6%. Esto contribuyó a que en el segundo semestre de dicho año el desempleo urbano promedio aumentara hasta 12,3%, el mayor nivel de la última década.

El riesgo que identificamos en la actualidad es que la oferta laboral repita el patrón que siguió en 2009. Es posible que más colombianos que hoy en día son inactivos busquen trabajo como respuesta a la moderación bajo la cual ha operado la economía recientemente. Si no se crean suficientes puestos de trabajo nuevos, podría configurarse una tendencia al alza de la desocupación. Nuestros cálculos indican que en este escenario pesimista el desempleo urbano promedio en 2017 se ampliaría hasta 11,2%, 1,2 pps más que el promedio estimado para 2016.

Dado que el gasto de los hogares depende de forma crucial de las tendencias del mercado laboral, la posibilidad de que se presente tal aceleración en el desempleo es una de las razones por las que creemos que el consumo interno (que a su vez es el principal componente del PIB desde la demanda) se ralentizará durante 2017. En tales circunstancias, consideramos que una recuperación en el crecimiento hasta una tasa de 2,5% como la que anunció esta semana el Ministerio de Hacienda luce en estos momentos poco probable.

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