Por su volumen, tamaño y peso, las llantas usadas requieren un manejo especial. Estos elementos son considerados residuos posconsumo, lo que significa que no se pueden disponer en cualquier lugar y solo pueden ser transformados por empresas autorizadas.
Es de vital importancia destacar que la disposición inadecuada y la quema de llantas en espacios abiertos representan un grave riesgo para la salud y afectan negativamente la sostenibilidad del medio ambiente. Por tanto, es fundamental que la comunidad esté consciente de las siguientes consideraciones sobre las llantas usadas:
- No se deben desechar en los andenes, ríos o parques: Los espacios públicos no son sitios de disposición final para las llantas. Su presencia en estas áreas puede generar contaminación y obstruir el adecuado flujo de agua, lo que conlleva a problemas ambientales y sanitarios.
- Devolución a los productores para su reciclaje: Según la Resolución 1326 de 2017, las llantas usadas deben ser devueltas a los productores para que sean recicladas y aprovechadas de manera adecuada. Esto contribuye a la reducción de residuos y al fomento de prácticas sostenibles en la gestión de este tipo de material.
- Empresas encargadas de la gestión de llantas: En el territorio metropolitano, el Sistema Verde y Rueda Verde son las empresas responsables de la gestión de las llantas usadas. Estas entidades están autorizadas para recolectar, transportar y procesar las llantas de manera segura y respetando las normativas establecidas. Es importante canalizar las llantas usadas a través de estos sistemas para garantizar su correcto manejo.
Es crucial destacar que la quema de llantas en espacios abiertos está estrictamente prohibida. Los contaminantes que se generan durante este proceso se dispersan por todo el territorio, resultando tóxicos tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
Entonces, ¿qué se puede hacer con una llanta usada? A continuación, se presentan algunas alternativas:
Reencauche: El reencauche consiste en reemplazar la banda de rodamiento y el caucho de la llanta para prolongar su vida útil. Esta opción permite aprovechar al máximo el material existente y reducir la necesidad de producir nuevas llantas.
Recuperación artesanal: Las llantas usadas pueden ser transformadas en objetos útiles como materas, establos, columpios y pisos a través de técnicas artesanales. Esta práctica fomenta la reutilización y el reciclaje creativo.
Transformación: Otra opción es triturar las llantas para emplear los fragmentos en diferentes aplicaciones, como canchas sintéticas, suelas de zapatos o mezclas con asfalto. Esta forma de aprovechamiento contribuye a la utilización de los materiales en nuevos productos, evitando así su acumulación en vertederos.
En conclusión, el manejo adecuado de las llantas usadas es esencial para preservar la salud y el medio ambiente. Evitar su disposición inadecuada y promover su reciclaje y reutilización son acciones fundamentales para garantizar un futuro sostenible. Es responsabilidad de todos contribuir a la gestión adecuada de estos residuos posconsumo y tomar conciencia de los impactos negativos que su incorrecto manejo puede generar en nuestra comunidad y entorno natural.