Los frentes de trabajo prioritario definidos en la megaobra no descansan. Subir la presa a 415 metros sobre el nivel del mar, sortear el deslizamiento en el macizo rocoso de la montaña y terminar el vertedero son las prioridades para los encargados del proyecto, según el cronograma tentativo de acciones. EPM y el Alcalde de Medellín respondieron a los señalamientos del gobernador, quien indicó que no habría recibido toda la información requerida sobre la contingencia.
Como un ejercicio juicioso frente a la responsabilidad que tiene la información pública que se suministra sobre el proyecto hidroeléctrico de Ituango, el gerente de Empresa Públicas de Medellín, EPM, Jorge Londoño De la Cuesta, resolvió dudas sobre la actualidad en la que se encuentra la central en construcción y que está en contingencia desde el 28 de abril cuando se produjo la obstrucción del túnel que permitía la desviación del río Cauca.
Sin ocultar la realidad, aceptando la complejidad del tema y sin recuperar todavía el control total sobre el proyecto, más de 1.500 empleados de la obra siguen realizando los trabajos para alcanzar la cota 415 en la presa. De la misma manera, los trabajadores avanzan en la culminación del vertedero, que estaría listo para el primer fin de semana de junio, si las condiciones climáticas mejoran y si no hay novedades en el talud de la montaña del que se ha desprendido tierra en los últimos días.
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“El proyecto todavía está vivo, porque la presa está en buenas condiciones. Toda la instrumentación que tenemos nos indica que está en la condición estructural que se esperaba. Al momento no hay una señal que la presa esté debilitada, ella tiene una base 900 metros de longitud muy sólida que no presenta alteraciones diferentes a las esperadas aún proceso de embalsamiento”, dijo el gerente de EPM.
La presa de Hidroituango
El directivo explicó que están en el 61 % de la construcción para llegar a la cota 415 de la gran estructura. Esta altitud permitiría tener la medida para subir el nivel del embalse a la cota 401 (nivel del vertedero) y posibilitar la salida de agua embalsada de manera controlada. Se espera, de manera tentativa, que esta cota sea alcanzada el 7 de junio después que se haga una ampliación de la base para finalizar la construcción en forma de pirámide.
"La cota sigue en la 410 porque estamos rellenando la base para después darle la altura de cinco metros más. Acá depende mucho de las condiciones del tiempo, si llueve o no mucho, o un derrumbe en el extremo derecho que nos impida continuar labores. Estamos mitigando los riesgos de que se presente el sobrepaso del embalse por encima de la presa, que el agua pase por encima podría provocar que se vaya desmoronando paulatinamente y se origine la avalancha”, explicó el gerente Londoño De la Cuesta.
Desde el momento en el que se generó la emergencia y el crecimiento súbito del nivel del embalse fue necesario habilitar el paso del caudal por casa de máquinas. Esa medida extrema evitó que se lograra levantar la presa hasta las medidas que hoy en día ha alcanzado y un riesgo mayor para las comunidades aguas abajo.
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Deslizamiento en la montaña
Una falla en la montaña derecha del proyecto, en sentido del cauce del río Cauca, produjo varios derrumbes desde el inicio de la contingencia que ocasionaron grandes deslizamientos de tierra que cayeron sobre el agua represada. Durante el pasado fin de semana, un nuevo movimiento de masa, ubicado más hacia el lado del vertedero obligó a la evacuación de todos los trabajadores porque ponía en riesgo sus vidas.
Superada esta nueva contingencia, se regresó a las labores en la presa y el vertedero, pero se reforzó la vigilancia de la parte alta de la montaña con dispositivos de última tecnología. A través de un radar, ubicado sobre en la montaña y con la supervisión de los geólogos de manera ininterrumpida se analizan los cambios en unas grietas o cortes en la capa vegetal que podrían caer por la saturación de peso y su inestabilidad.
“Montamos un sistema de monitoreo en tiempo real. Toda la montaña la estamos mapeando con ese radar, cada puntico de la montaña se está evaluando si tiene o no movimiento y se ha considerado que si el movimiento de la montaña es inferior a 10 milímetros por hora no advierte una amenaza de derrumbe. Si se llega a presentar un movimiento superior a 70 milímetros, dependiendo donde se presente, si es más al sur no habría peligro para los trabajadores. Si es en el costado de la obra (vertedero o pozo de compuertas de casa de máquinas) sí habría evacuación”, precisó Londoño De la Cuesta.
En este momento, la inestabilidad en el macizo rocoso es la principal preocupación de los expertos en la obra. Tanto el Puesto de Mando Unificado, PMU, como las autoridades que coordinan las acciones en Hidroituango, están pendientes de las modificaciones que sufra este terreno por representar una amenaza tanto para el personal que labora allí como para el mismo proyecto. La época de lluvias y la presión que emite la inundación de la casa de máquinas, que no está hecha para eso, generan estos comportamientos, según explicó la empresa.
Esa amenaza, de acuerdo con Londoño De la Cuesta, está sintetizada en tres posibles escenarios:
1. Un movimiento de tierra gigante que podría generar una ola que podría sobrepasar la presa y la debilite.
2. Que el derrumbe caiga y tape el vertedero.
3. Que el derrumbe no sea tan grande y no produzca, ni lo uno ni lo otro.
“En la probabilidad con la información que tenemos al 31 de mayo es que no se vaya a presentar un movimiento de tierra mayúsculo. Nos está es mostrando un movimiento de capa vegetal que lo tenemos calculado de unos 130.000 metros cúbicos de tierra y eso ni nos produce la ola, ni nos tapona el vertedero”, agregó el gerente de EPM.
Casa de máquinas
Inundar la casa de máquinas para permitir el tránsito de agua por esta gran excavación fue una de las decisiones en medio de la emergencia. Al día de hoy, señaló el directivo, no hay una fecha para cerrar el paso de agua por este lugar. Primero habrá que asegurar que el vertedero trabaje a plenitud y que la presa está en las condiciones óptimas que exige el embalse.
“La situación nos obligó a verter agua a través de cuatro compuertas de captación por la 1, y 2, al igual que por la 7 y 8. Hace una semana identificamos que en las últimas no estaba fluyendo y cerramos esas compuertas para que no generaran un posible deterioro mayor. Se está haciendo por la compuertas 1 y 2 con la capacidad para la que fueron diseñadas con una oscilación entre 1.000 y 1.100 metros cúbicos por segundo y eso nos da a entender, de momento, que no ha sufrido deterioro el sector norte de casa de máquinas”, acotó el gerente.
De momento, con el proceso que se adelanta y sin que vaya a haber alguna novedad antes de la desinudación, se espera que el deterioro no sea muy alto y se pueda retomar el proyecto tal y como se venía haciendo antes de que se produjera la emergencia.
Atención a la población
En el momento, Puerto Valdivia, corregimiento de Valdivia, Tarazá y Cáceres permanecen en alerta roja con orden de evacuación mientras se mitigan los riesgos que hay en estos momentos en la obra. El PMU, que reúne todas las autoridades gubernamentales y de gestión del riesgo, está en contacto permanente con la obra para determinar los eventuales peligros que se puedan derivar con cada una de las acciones que se realizan allí.
Las órdenes de evacuación por la amenaza de deslizamiento en la montaña derecha del proyecto hicieron que se evacuara la obra y que se originara la alerta para las poblaciones aguas abajo. No obstante, tanto Caucasia como Nechí y La Mojana sucreña tienen alerta naranja, pero ante las condiciones y sus cambios se puede aumentar o reducir el riesgo.
“Las circunstancias son fluctuantes, llegamos a tener a las cinco poblaciones en alerta roja, bajaron a uno en rojo, ahora hay tres en rojo. Puede que en las próximas horas este desprendimiento de tierra se dé y sea de 100.000 metros y si no hay más movimientos de tierra, bajaremos la alarma. Si el desprendimiento es más alto subiremos el nivel de alerta. No podemos esperar que lo que le digamos a la comunidad se va quedar quieto en el tiempo, porque todavía estamos en un periodo crítico de la emergencia”, relató.
Frente a la atención, destacó que EPM y la Unidad Nacional de la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, prestan la atención necesaria básica a las personas que tuvieron que salir de sus casas. El gerente Londoño De la Cuesta entiende el inconformismo y la preocupación por esta salida temporal, pero la responsabilidad para que no se vea afectada ninguna persona los obliga a las medidas extremas.
Cronograma de acciones
Aunque no hay fechas definitivas para superar la emergencia en Hidroituango, el gerente de EPM fue sincero y dijo que el retorno a la calma puede tardar varios meses más. Solo el taponamiento del túnel derecho que permite la salida de agua podría demorar 60 días más por la complejidad en las obras que habría que desarrollar. “Un cronograma con fecha exactas no es posible, tentativo sí”, dijo el Gerente.
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Y se aventuró a dar fechas, pero antes aclaró que todo es de manera parcial y con las condiciones. “La losas del vertedero estarían listas este fin de semana. Taponado del túnel que hay de acceso al vertedero en los próximos 5-6 días. La presa el 7 de junio, más o menos el llenado prioritario. Túnel derecho: se podría demorar hasta unos dos meses.
Menos agua por casa de máquinas: no hay fecha y nos vamos a demorar varias semanas. Desembalsar de manera controlada: varios meses, no menos de seis”, explicó.
Con respecto a los señalamientos del gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, quien manifestó que carecía de la información completa sobre lo que está sucediendo en el proyecto y por tal motivo contrató un estudio con la Universidad Nacional para conocer lo que pasa en Hidroituango, Londoño De la Cuesta dijo que siempre se ha entregado toda la información correcta según el momento y la dimensión de lo que ha pasado.
"En ningún momento, EPM ha ocultado la gravedad de la situación. No es para nada sencilla, es muy compleja de diferente índole, tanto técnico como de atención social. Lo que necesitamos todos es concentrarnos conjuntamente, unidos, institucionalmente. Al día de hoy en estos 30 días EPM ha emitido 41 comunicados públicos oficiales, yo mismo fui donde el gobernador a informarle lo que pasó en el proyecto”, expresó.
En el mismo sentido se pronunció el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga, quien llamó la atención para que todos se unan en vez de criticar las acciones que se vienen desarrollando.
“Yo no puedo decir que en algún momento se ha faltado a la verdad, que se haya dicho alguna mentira o que se haya desinformado y eso hay que decirlo con toda la claridad. Propiciar una división en un momento de crisis y de emergencia es una gran irresponsabilidad. En este momento lo que hay que hacer es superar la crisis”, aseguró el mandatario local.