La evolución de la Justicia Penal Militar y Policial en Colombia ha sido evidente durante los dos últimos años, con el establecimiento de unos derroteros soportados en los objetivos trazados por el Gobierno Nacional.
Así lo expuso el Presidente de la República, Iván Duque Márquez, durante el Encuentro Internacional de Justicia Penal Militar y Policial, ‘Una mirada a los sistemas procesales’, que se lleva a cabo en la Ciudad Heroica.
“Esa evolución de estos dos últimos años la quiero destacar, porque creo que, adicionalmente, el decreto 1768 de diciembre de 2020 y los decretos 312, 313 y 314 del último año, le muestran a Colombia que lo que se propuso en la campaña presidencial y lo que se prometió, se cumplió”, puntualizó.
Consideró que solo hasta los últimos 10 años este tema ha logrado mayor desarrollo y que las acciones adoptadas durante el actual mandato superan los vacíos que la Justicia Penal Militar y Policial han tenido desde la Constitución de 1991.
“Yo diría que el primer gran fracaso fue no haber asumido una consolidación institucional vigorosa, soportada por la transparencia en sus decisiones y que tuviera también un elemento de incuestionabilidad”, afirmó.
Dijo que también a esta jurisdicción se le asignó poco presupuesto y se dejó como una especie de apéndice o acápite dentro del Comando General y dentro del Ministerio de la Defensa.
Logros del Gobierno
Frente a estos desafíos, el Presidente Duque mencionó los logros del Gobierno en el desarrollo de la Justicia Penal Militar y Policial.
Citó que, por ejemplo, se ratificó el compromiso de la Fuerza Pública, Militar y de Policía con la defensa, la protección, el tutelaje de los Derechos Humanos y, a su vez, se fortaleció la Justicia Penal Militar para darles todas las garantías “a quienes están prestando, con el uniforme de la patria, una función que los distingue por encima de cualquier otro ciudadano, empezando por el monopolio de las armas en nuestro país, que solamente puede exceptuarse por razones y motivaciones de carácter taxativo”.
Aseguró que, con orgullo, “Colombia ha transformado una Dirección en una Unidad Administrativa Especial de Justicia Penal Militar”, con organización institucional administrativa, financiera y logística, para que “quien defiende la Constitución y la Ley tenga la certeza de que será evaluado en su comportamiento de actos del servicio a la luz y bajo el prisma de quien conoce las circunstancias operacionales”.
Resaltó la creación del Consejo Directivo de la Justicia Penal Militar, que está encabezado por el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, entendiendo la separación de poderes y la colaboración armónica entre los mismos.
Además, se incluyó el proceso oral, penal, acusatorio, “a partir del cual se tiene la posibilidad de confrontar sobre la evidencia, pero también con la celeridad del caso, los comportamientos y, de esa manera, consolidar certidumbres de carácter jurídico”.
Seis recomendaciones para avanzar
El Presidente Duque Márquez presentó seis recomendaciones para consolidar la evolución de la Justicia Penal Militar y Policial en el país. Son ellas:
-El talento hay que buscarlo y no esperar a que llegue a la Justicia Penal Militar.
-La tecnología. “Con el lanzamiento de los expedientes electrónicos, con mecanismos de descongestión, con las herramientas de precedentes y con la posibilidad de tener en la inteligencia artificial un mecanismo para sistematizar conductas similares y entender cómo fueron investigadas y sancionadas esas conductas”.
-El tercer elemento es la transparencia en la lucha contra la corrupción y la apertura y manejo de la discrecionalidad. Recordó al teórico Robert Klitgaard, un experto en este tema, y quien solía usar la siguiente ecuación: “Corrupción C es igual a monopolio, más discrecionalidad, menos transparencia”.
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-Objetividad. “Esto es muy importante porque quienes históricamente han tratado de cuestionar la justicia penal militar, han dicho que siempre está capturada por una especie de sentimiento de solidaridad de cuerpo. Y la mejor manera de derrotar semejante argumento, pueril y anodino, es que la objetividad empieza por lo siguiente: quien porta el uniforme, quien defiende la Constitución y la ley, quien está amparado por el uso legítimo de las armas, y de protocolos operacionales, tiene un más alto nivel de exigencia en la sociedad sobre su conducta (…) Y sobre esa misma base, es muy importante que las circunstancias de tiempo, modo y acción operacional lleven a que no se debilite el criterio de selección y atracción objetiva de los distintos actos.
-Incuestionabilidad. El acto de servicio del cual se deriva una conducta obliga a que, dentro de los mismos márgenes, se pueda establecer si ese acto de servicio responde a los estándares éticos, a los estándares morales, a los protocolos administrativos, a la cadena de mando, etc. A partir de lo cual también se establecen las sanciones.
-Cooperación. El Presidente hizo un llamado a la cooperación del estamento, apelando a la enorme responsabilidad que tienen los integrantes de la Justicia Penal Militar y Policial “de investigar el comportamiento de quienes están todos los días diferenciándose por proteger la Constitución y la ley”.
Llamado a consolidar una Carta Interamericana
El Presidente Duque propuso debatir en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) la expedición de una Carta Interamericana sobre Justicia Penal Militar y Policial para todo el hemisferio, donde se tengan claros los principios, fundamentos, el actuar y los objetivos de mediano y largo plazo.
Destacó, además, que la Fuerza Pública de Colombia ha evolucionado todos los días y es la única del hemisferio -aparte de Estados Unidos- en estar presente en las herramientas de cooperación de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN).
Resaltó el cierre que hizo el Fiscal General de la Corte Penal Internacional del examen preliminar sobre Colombia, después de 17 años, al reconocer que en las instancias de investigación donde se adelantan pesquisas, donde se hace valoración probatoria, donde hay sanciones -incluyendo también las evoluciones de la transicionalidad, justicia y paz, y ahora la expectativa que hay frente a la justicia especial-, “hay un respeto a un país que hace cumplir sus normas y que, comparativamente con otros países, que han tenido que enfrentar situaciones similares, Colombia está a la vanguardia en términos de sanción, en términos de colaboración armónica entre todas las instancias judiciales”.
Los retos de la JPMP
El Mandatario mencionó los retos de la Justicia Penal Militar y Policial para el país, comenzando con la descongestión de este sistema.
El segundo reto es el de generar confianza, mostrándole a la ciudadanía que la Justicia Penal Militar no es una especie de espacio encriptado donde solamente se habla y se exponen las decisiones al estamento policial y castrense.
Otro reto es el de fortalecer la acción, el ir adelante, tener la iniciativa y ser lo suficientemente rigurosos. “En depurar constantemente y mostrarle a la ciudadanía, en una pedagogía permanente, qué es un acto del servicio, porque solamente a partir de esos elementos podremos lograr de los ciudadanos, no solamente un mayor reconocimiento, sino también vencer las noticias falsas que muchas veces se han tejido históricamente sobre los fundamentos de la Justicia Penal Militar y Policial”, concluyó.