.: La Secretaría de Salud presentó ante la Organización Panamericana de la Salud - OPS las medidas que ha adoptado en respuesta al coronavirus y sus buenas prácticas en la reapertura económica de la ciudad.
.: La articulación del sector público y privado, y el aislamiento preventivo de hogares geriátricos, fueron claves para el manejo de la contingencia.
.: Mantener el comportamiento del virus con la ligera tendencia hacia la baja es ahora el principal reto de la ciudad.
|| Audio || Palabras de Andree Uribe Montoya, secretaria de Salud
El mundo continúa reconociendo las acciones adoptadas por Medellín para enfrentar la pandemia del coronavirus. Es por ello que la Organización Panamericana de la Salud - OPS la invitó a compartir con otros lugares del mundo su experiencia durante la crisis sanitaria.
“Medellín fue invitada por la OPS por el manejo exitoso del COVID-19, por las medidas que se han instaurado y por las cifras que se han venido presentando día a día en la ciudad. Esto es muy positivo ya que compartimos a nivel internacional nuestra experiencia”, dijo la secretaria de Salud, Andree Uribe Montoya.
La dependencia municipal detalló los avances de sus buenas prácticas durante los talleres de la OPS denominados “Construyendo ciudades resilientes: Desarrollar e implementar una estrategia local de reducción de riesgo ante desastres para responder a la COVID-19 y prepararse mejor para el futuro”.
Del caso de Medellín, la organización destacó la toma de decisiones de manera temprana, la articulación de la red hospitalaria pública y privada y las acciones que al día de hoy se han visto reflejadas en la preservación de vidas humanas.
En los encuentros, representantes de los gobiernos de China, India, Italia y Colombia compartieron detalles sobre sus acciones en los procesos de reapertura económica y las medidas de salud pública en respuesta al coronavirus, teniendo como factor común el diseño y ejecuciones tempranas para afrontar la contingencia.
La experiencia de Medellín se basó en el aislamiento preventivo y la restricción de visitas a centros carcelarios y hogares geriátricos, el uso obligatorio del tapabocas en el transporte público, incluso antes de la llegada del virus a la ciudad, y el cierre de establecimientos desde inicios de abril.
Para la capital antioqueña quedan muchos retos por afrontar, uno de ellos es trabajar por la salud mental de los ciudadanos, lo que repercute directamente en las relaciones familiares, personales y laborales; así como continuar con la pedagogía frente a las recomendaciones de bioseguridad, lo que les permitirá a los habitantes adaptarse a la nueva normalidad.
Por Cristian David Cárdenas