Quema de biomasa en el norte de Colombia y Venezuela causa un aumento en los niveles de contaminación en el Valle de Aburrá, donde once estaciones de calidad del aire muestran ICA Naranja

El pasado jueves 23 de marzo, se cumplió el día treinta y uno del primer episodio de gestión de la calidad del aire del año en el Valle de Aburrá, Colombia. Once de las diecinueve estaciones poblacionales del Sistema de Alertas Tempranas (SIATA) registraron ICA Naranja, lo que significa que el aire era dañino para grupos sensibles como niños, mujeres embarazadas y personas mayores de 60 años. Las otras ocho estaciones registraron ICA Amarillo, es decir, aire moderado.

Las razones detrás del elevado número de estaciones en naranja se deben, principalmente, al ingreso de material particulado PM2.5 proveniente de incendios originados en la última semana en la región Norte de Colombia y Venezuela. Los sensores de Black Carbon y Carbono Total de la Red de Monitoreo de Calidad de Aire del Valle de Aburrá evidenciaron la presencia de estos contaminantes en el aire.

Es importante mencionar que el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, a través de su proyecto SIATA, había pronosticado antes del inicio del episodio que para las semanas comprendidas entre el 6 y el 25 de marzo, existiría una probabilidad alta de que 5 o más estaciones de calidad de aire registraran ICA Naranja. También habría una probabilidad media-baja de que 5 o más estaciones registraran ICA Rojo, lo que indica que el aire sería perjudicial.

De acuerdo con el POECA, el Plan Operacional de Episodio de Calidad de Aire, es necesario monitorear durante 36 horas continuas las estaciones poblacionales para determinar si es necesario o no tomar acciones restrictivas. El objetivo de este plan es prevenir o reducir los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud de la población, el medio ambiente y la economía de la región.

Es importante destacar que la calidad del aire es un problema ambiental crítico en el Valle de Aburrá y en muchas otras ciudades del mundo. La contaminación del aire afecta la salud de la población y contribuye al cambio climático. Por ello, es fundamental que se tomen medidas para reducir la emisión de gases contaminantes y promover un desarrollo sostenible.