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martes, 7 de julio de 2020

Restaurar y conservar 24.530 hectáreas de cobertura vegetal es la meta del proyecto hidroeléctrico Ituango en el cañón del río Cauca

• El plan de conservación y restauración supera la mitad de la extensión de Medellín

• Las acciones que se realizan incluyen la siembra de 70 especies nativas propias de los bosques seco tropical, húmedo tropical y premontano

• El proceso de restauración se cumple mediante la estrategia de contratación social, con el concurso de las comunidades cercanas a las zonas que son objeto de intervención


Como parte del proceso de restauración de las áreas boscosas a lo largo del cañón del río Cauca, esta semana el proyecto hidroeléctrico Ituango culminó la siembra de 48.900 individuos arbóreos correspondientes a 69 especies nativas, en 70 hectáreas de los municipios de Toledo y Liborina, en las subregiones del Norte y Occidente de Antioquia, respectivamente.

En los doce años que lleva en construcción el Proyecto, EPM ha adquirido 24.530 hectáreas, principalmente en zonas aledañas al embalse y áreas degradadas por la acción paulatina de diferentes actividades económicas, en los municipios de Buriticá, Liborina, Sabanalarga, Peque, Ituango, Toledo y Briceño, para compensar los impactos causados durante la construcción del embalse, obras principales, vías de acceso y futura operación del proyecto hidroeléctrico Ituango. 

Del total de predios comprados por la Empresa, 17.462 hectáreas hacen parte del cumplimiento de las obligaciones legales de compensación que EPM asumió con las autoridades ambientales (Autoridad Nacional de Licencias Ambientales -ANLA-, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y Corantioquia) y las 7.068 hectáreas adicionales fueron adquiridas como parte de la política ambiental de EPM para proteger las cuencas de agua de estos municipios y la biodiversidad de la zona. 

Con base en los estudios realizados y resultados obtenidos, EPM avanza en la ejecución del plan de restauración y conservación, que tendrá una duración de 20 años, e incluye 4.137 hectáreas de bosque húmedo tropical, 13.860 hectáreas de bosque seco tropical y 6.532 hectáreas de bosque húmedo premontano.

De la semilla al bosque
El proceso de restauración y conservación, que se lleva a cabo con el apoyo de la Universidad Nacional de Colombia y con la autorización de la ANLA y Corantioquia, incluye cuatro fases:

Primera fase: compra por parte del Proyecto de los predios que están siendo objeto de restauración y conservación. La totalidad de las áreas a restaurar tienen como uso único la conservación, por lo que se contratan guardabosques para su vigilancia constante.

Las áreas de bosque seco tropical y bosque húmedo tropical también son objeto de un proceso de declaratoria de área protegida por parte de Corantioquia, instrumento que brindará una protección adicional para todo el ecosistema de los bosques recuperados.

Segunda fase: ocurre en el vivero, que EPM tiene en la zona. Allí se desarrollan los procesos pregerminativos, cuidado de plántulas, control de insectos, hongos y enfermedades, y finalmente los preparativos necesarios para el trasplante en el área de restauración seleccionada.

Tercera fase: consiste en la siembra de especies nativas. En total se sembrarán 70 especies como el algarrobo (Hymeanaea courbaril), diomate (Astronium graveolens), cedro (Cedrela odorata), ceiba verde (Pseudobomobax septenatum) y tronador (Hura Crepitans), entre otras. Son especies nativas de la región, algunas de ellas en estado de amenaza y sus poblaciones han sido abruptamente reducidas principalmente por su alto valor maderero.

Cuarta fase: es la limpieza de las áreas que fueron identificadas para ser restauradas.  Se retiran las malezas, enredaderas y especies invasoras que suprimen el crecimiento de las especies propias del bosque, se fertiliza la tierra, se efectúa la siembra y durante tres años se llevan a cabo las acciones de cuidado necesarias para garantizar la supervivencia de un alto porcentaje de los individuos sembrados en campo.

Las acciones de restauración ecológica no solo incluyen la siembra de especies nativas, también implican el análisis inicial de coberturas, conectividad, paisaje, flora y fauna para identificar el estado del ecosistema boscoso, fijar las metas de restauración a las cuales es posible llegar para recuperar sus suelos, su recurso hídrico y su biodiversidad.

Con las comunidades
El proceso de restauración se adelanta mediante la estrategia de contratación social, con el concurso de las comunidades cercanas a las zonas que son objeto de intervención.  EPM prioriza la contratación de personal local no solo porque conoce las especies más representativas y valiosas que habitan su territorio, lo que permite definir mejores estrategias para recuperar las áreas degradas, sino también porque es una manera de contribuir a la sostenibilidad de sus familias y comunidades.

Hasta el momento, se han contratado 107 personas de las comunidades cercanas a las áreas de restauración y se espera que, a partir del próximo año, el número de contratos se amplíe a medida que se incremente el número de hectáreas intervenidas.

Las comunidades serán las primeras en identificar los beneficios de las acciones de restauración boscosa: mejorará el microclima, habrá aumento del volumen de agua en las fuentes hídricas y mejorará su calidad, volverá la fauna y, con ello, nuevas oportunidades de desarrollo sostenible para todos. Así, EPM contribuye a la armonía de la vida para un mundo mejor.

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