- El Día del Ambientalista Latinoamericano, una fecha para destacar a las personas que lideran la protección de los recursos naturales del Valle de Aburrá.
- Gloria Patricia Rúa lidera Aldea Verde, un proyecto que impacta a la comunidad de Guayabal y que se ha convertido en referente de ética ambiental y seguridad alimentaria para la región.
El 17 de noviembre se conmemora el Día del Ambientalista Latinoamericano, una fecha para reconocer la labor de quienes defienden la protección del medio ambiente.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá se une a esta celebración con un reconocimiento especial a las personas que lideran procesos de educación ambiental y realizan acciones por reducir la contaminación, proteger los recursos naturales y preservar la vida silvestre en el territorio metropolitano.
Gloria Patricia Rúa Montoya es una de estas ambientalistas que todos los días agradece y valora el medio ambiente y trabaja arduamente por devolverle a la tierra, así sea un poco de todo lo que el planeta nos brinda a los seres humanos.
Ella reconoce que encontró en el trabajo comunitario el sentido de su vida desde muy joven. Hizo parte de una comunidad religiosa y, mientras realizaba actividades en la huerta, descubrió una curiosidad hacia la tierra y el medio ambiente.
Estudió Nutrición y Dietética en la Universidad de Antioquia, formación que le permitió llevar a comunidades vulnerables en zonas rurales, sus conocimientos para contribuir a la sostenibilidad alimentaria y educación nutricional.
Aldea Verde: educación y ética ambiental en el barrio Guayabal, en Medellín
Por más de 20 años, Gloria se ha destacado como lideresa en temas educativos y ambientales en la comuna 15, hace parte de la mesa ambiental, un rol que le ha permitido complementar su formación técnica y social.
En compañía de un grupo de 23 vecinos, inició en su unidad residencial un proyecto de huerta ecológica con recursos de presupuesto participativo. Más adelante, se aventuraron a incorporar otras acciones como un lombricultivo, compostaje y la fabricación de ecoladrillos con residuos sólidos no reciclables.
Actualmente, cerca de 280 familias compuestas por niñas y niños, jóvenes, adultos y adultos mayores participan activamente en estas actividades, que se han convertido en un estilo de vida, con el cual contribuyen a la protección del medio ambiente. Gracias a ello y a la aplicación de conceptos de economía circular, procesan cinco toneladas de residuos orgánicos al mes, lo cual disminuye la producción de residuos sólidos.
“Me motiva pensar que somos tan pequeños en el universo y, sin embargo, puede ser tan inmenso lo que hacemos. Me motiva saber que hoy lo puedo hacer mejor que ayer, que cada situación tiene un lado positivo y que tenemos la capacidad de buscar soluciones”, expresa Gloria frente a las razones que la motivan a levantarse cada día a trabajar por el medio ambiente.
En la educación ambiental, Gloria ha encontrado la mejor forma de articular su proyecto de vida y contribuir por un futuro sostenible. Su mensaje: “No le dejes un mejor planeta a tus hijos, déjale mejores hijos al planeta”.
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