Cada 10 de mayo, Colombia celebra el Día del Veterinario, una fecha para exaltar a quienes han hecho de la protección animal su propósito de vida. En Barranquilla, esta conmemoración tiene un valor especial gracias al trabajo silencioso pero poderoso que realiza el Centro de Bienestar Animal (CBA), una institución pionera en el país en atención médica gratuita y urgente a animales en situación de vulnerabilidad o víctimas de maltrato.
El CBA ha atendido, hasta abril de 2025, a más de 5.000 mascotas con cuidadores y 261 animales sin propietario, principalmente perros y gatos. Detrás de cada caso hay un equipo de veterinarios que combina conocimientos clínicos con una entrega emocional única, haciendo de su labor diaria un acto de empatía, compasión y servicio.
Uno de ellos es César Madrid, quien desde la sala de hospitalización del CBA afirma:
“Sabemos que en nuestras manos está la posibilidad de sacar adelante a estos animales. Muchos llegan desde la calle, sin haber conocido el amor ni los cuidados. Por eso, cada recuperación nos llena el alma”.
Junto a él, María Alejandra Guevara, médica veterinaria del CBA, recalca que su labor va más allá del diagnóstico:
“Acompañamos a cada paciente como si fuera nuestra propia mascota. Les damos no solo atención médica, sino apoyo emocional. Sabemos que el cariño también sana”.
Este compromiso trasciende los turnos y se extiende a las campañas de esterilización, donde ya se han realizado 3.440 intervenciones gratuitas en jornadas barriales. Además, mediante el programa CES (Captura, Esterilización y Retorno), se han realizado 59 procedimientos, una estrategia para controlar la sobrepoblación en las calles.
La Patrulla Animal, una iniciativa móvil del CBA, ha respondido a 687 emergencias, llevando atención oportuna a los hogares donde no es posible trasladar al animal. También se han capacitado 2.558 personas en tenencia responsable de mascotas y se han beneficiado 1.474 animales en jornadas comunitarias.
La labor del CBA es un reflejo del compromiso de Barranquilla con la protección animal. Cada caso, cada recuperación, es el resultado de una vocación genuina y un profundo respeto por la vida.
Como concluye César Madrid:
“Aunque sea nuestro trabajo, en realidad es una misión. Estamos contribuyendo a algo mucho más profundo: a devolver la dignidad y el bienestar a seres que también sienten, aman y merecen una segunda oportunidad”.
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