El Valle de Aburrá se encuentra en una constante lucha contra la contaminación por ruido, un problema que afecta la calidad de vida y la salud pública en las grandes ciudades. En este sentido, el Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (SIATA), un proyecto estratégico del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, se ha comprometido a monitorear los niveles de ruido ambiental mediante una red oficial compuesta por 8 sonómetros ubicados en diversos municipios y cerca de 300 sensores de bajo costo como parte de su estrategia de "Ciudadanos Científicos".
El ingeniero de sonido David Berrío, integrante del equipo de Calidad del Aire del SIATA, explicó que el ruido ambiental se define como "un sonido molesto o no deseado generado por las actividades humanas, que provoca efectos sobre la salud o el bienestar de las personas". En el Valle de Aburrá, las principales fuentes de este tipo de contaminación provienen del tráfico vehicular, el metro, la aviación, la actividad industrial y los lugares de ocio.
Los datos recopilados por la red de monitoreo del SIATA proporcionan información valiosa que permite a las autoridades diseñar estrategias de control y reducción del ruido, como los planes de descontaminación acústica. Además, se utiliza la información para actualizar los mapas de ruido en los municipios del Valle de Aburrá cada cuatro años, con el fin de identificar las zonas que requieren una gestión más estricta en cuanto a la reducción del ruido. La última actualización de estos mapas se realizó en 2023, con datos del año 2022.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá tiene la responsabilidad de controlar el ruido relacionado con actividades que requieren permisos o licencias ambientales, como calderas, concesiones de agua y minería a cielo abierto. Por otro lado, el control del ruido generado por actividades de convivencia, como las de bares, discotecas e iglesias, es gestionado por las Secretarías de Gobierno, Seguridad y Salud, así como por la Policía Nacional.
En cuanto a la exposición al ruido, Barbosa es el municipio del Valle de Aburrá con la mejor condición acústica, mientras que los municipios más conurbados presentan niveles más altos de contaminación sonora debido al aumento de la población y el parque automotor. Según datos recientes, el 17 % de los 611 barrios que componen el área metropolitana requieren una gestión muy alta para la reducción de los niveles de ruido, mientras que un 15 % necesitan una gestión alta, y un 22 % de los barrios tienen condiciones acústicas óptimas.
Finalmente, se recomienda a la ciudadanía tomar medidas para reducir el ruido, como conducir sin acelerar o frenar bruscamente y controlar el uso de la bocina del vehículo, con el fin de contribuir a la disminución de la contaminación acústica en el Valle de Aburrá.
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