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lunes, 17 de enero de 2022

Crónica una noche en la Torre

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Eran las 5:00 p. m. del 22 de noviembre y Duban Arley Marín estaba preparado para emprender su camino y dirigirse hacia la torre del Sistema de Alertas Tempranas, SIATA, ubicada en los alrededores del Estadio Atanasio Girardot en Medellín.

Al iniciar su viaje, revisó la aplicación del sistema, que le dio a entender que no sería una jornada fácil para él. Las condiciones meteorológicas indicaban la probabilidad de lluvias en los diez municipios de la región metropolitana; por ello, con sombrilla, chaqueta y maleta en mano, se puso en marcha hacia su larga jornada de trabajo.

Mientras estaba en el bus hacia Niquía y luego en el metro, por su mente pasaron un sinnúmero de recuerdos que daban cuenta de los estragos que habían generado los aguaceros durante la semana; sin embargo, ese día las condiciones indicaban un mayor riesgo y por eso su intranquilidad.

Como todos los días, al llegar a la torre de control, saludó a sus compañeros y se sentó para iniciar su trabajo que consiste, principalmente, en la atención de situaciones de emergencias y en el acompañamiento a los ciudadanos a través de la gestión del riesgo en la región.

Con el paso de las horas, la lluvia se extendía por los diez municipios del Valle de Aburrá, lo que para él era de total preocupación

Alrededor de las 10:00 p.m. Duban revisó los computadores que evidencian el monitoreo de los pronósticos, los cuales registraron un aumento de nivel en la quebrada La Loca, sector El Cafetal en el barrio París de Bello, por lo que decidió comunicarse vía telefónica con don José Moná, líder de la comunidad.

“Don José hola, buenas noches. Le informamos que la quebrada La Loca incrementó de nivel y probablemente seguirá en aumento debido a las altas precipitaciones”, fueron las palabras de Duban.

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Al otro lado de la línea, don José, un poco intranquilo, respondió: “la quebrada está subiendo y lleva bastante sedimentos, rocas y palos… pero no se ha pasado el nivel de referencia que conocemos, voy a estar atento a todos los reportes”.

Al finalizar la llamada, Duban continuó con sus actividades, pero media hora después las lluvias se intensificarán en todos los municipios, tanto así que Duban y sus acompañantes comenzaron a reportar lluvias de alta intensidad en Sabaneta, donde la quebrada La Doctora presentaba riesgo naranja.

Al mismo tiempo, una de sus compañeras se disponía a avisarles a los bomberos de Bello, que los sensores de nivel de la quebrada la Loca ya estaban en riesgo rojo, por lo que Duban decidió de nuevo llamar a don José. 

En ese instante, otro de los compañeros, que también había entrado a turno, recibió en la línea de WhatsApp de SIATA, unos audios sobre un posible represamiento de la cuenca de La Loca, aguas arriba.

Cuando don José logró recibir la llamada, un poco alterado y con voz agitada, le respondió a Duban, mientras caminaba hacía una zona para informarles a algunas personas que, debido al aumento del nivel, ya se estaba empezando a desbordar la quebrada.

Entonces, con don José en la línea, el equipo SIATA procedió a encender la sirena y efectivamente, por el teléfono, mientras él trataba de informar sobre los rumores de un deslizamiento y un posible represamiento de la quebrada, se escuchaba de fondo el sonido de la alarma.

Duban y sus compañeros, un poco confundidos y asustados, revisaron de inmediato el sensor de nivel y el acumulado de lluvias en la parte alta de la cuenca, por lo que le dijeron a don José que, si bien les había llegado dicha información, en ese momento en el monitoreo no tenían registro alguno de lo que presuntamente había sucedido, pero si se observaban intensidades y acumulados de lluvia muy altos en las últimas tres horas sobre el sector.

Al tiempo que Duban hablaba con don José, una compañera reportaba lluvias y otro se comunicaba con los bomberos de Bello, quienes le respondieron que iban a desplazar varias unidades a la zona para atender la situación.

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Una hora después, las intensidades disminuyeron y se volvieron a comunicar con don José. Él les respondió un poco agobiado y cansado; les contó que la quebrada se había alcanzado a desbordar y a entrarse a algunas casas, mojando unos enseres; sin embargo, gracias a la activación de la sirena, ninguna persona sufrió lesiones, la gente pudo darse cuenta del riesgo a tiempo y trasladaron algunas cosas de sus viviendas.

Al terminar la llamada, al otro lado de la línea, donde se encontraba el equipo técnico listo para atender la situación de emergencia, Duban observó en sus compañeros un poco de tranquilidad. No obstante, justo en ese momento la quebrada La Doctora aumentó de nivel a rojo, por lo que, consecuentemente, las quebradas aledañas, San Alejo y Plebiscito, pasaron a riesgo naranja; por lo que una colega se dio a la tarea de llamar a bomberos Sabaneta, mientras que Duban reportaba las lluvias en todo el Valle de Aburrá.

El panorama no era muy bueno, debido a que el Río Aburrá-Medellín, a la altura de Barbosa, ya estaba aumentando a riesgo naranja. Aparte, el deprimido vial de la Feria de Ganado y la Secretaría de Tránsito de Medellín se estaban inundando.

En el chat de las comunidades de Sabaneta y el Occidente de Medellín les solicitaban que les dieran información de las lluvias y, al mismo tiempo, estaban en constante comunicación con los bomberos para entender qué sucedía y analizar si había riesgo en relación con el registro de descargas eléctricas. Pasaba de igual forma en el Norte y los otros municipios del Sur del Valle de Aburrá.

Las precipitaciones persistieron hasta la madrugada y poco a poco bajaron su intensidad. Hacia las 4:00 a. m., después de una noche de lluvias y tormentas eléctricas, el equipo SIATA se dispuso a hacer el diagnóstico diario de todas las estaciones, mientras otro compañero seguía pendiente de las lluvias en la jurisdicción.

Al terminar turno, después de las 6:00 a. m. Duban se tomó un café y de nuevo, de regreso a su casa ratificaría su amor, compromiso y convicción de que, desde el SIATA, no solo se acompañaban a las comunidades más vulnerables en las situaciones de emergencia, sino que, lo más importante, es que se salvan vidas. ​

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