Las Plazas de Flores de la Feria de las Flores de Medellín son un caleidoscopio de colores, sonidos y emociones. Al caminar por el Parque Norte, me encontré con la vibrante representación de “Antioquia todo un pueblo”. Los artistas, vestidos con trajes típicos, recrean la vida de diez municipios de Antioquia, transportando a los visitantes a lugares como Zaragoza, El Bagre y Gómez Plata.
La música es el alma de este escenario. Los bambucos y pasillos resonaban en el aire, y la canción “Muy antioqueño” del maestro Héctor Ochoa, despertaba una mezcla de nostalgia y orgullo en el público. Familias enteras, turistas y locales se unían en un corrillo, sus rostros iluminados por sonrisas y miradas emocionadas. Las Plazas de Flores, distribuidas por la ciudad, son más que un simple espacio; son el corazón palpitante de la Feria, un lugar donde la tradición y la modernidad se entrelazan para crear momentos mágicos e inolvidables.
Estas plazas no solo ofrecen una ventana a la cultura antioqueña, sino también un lugar de encuentro y celebración. En cada rincón, la esencia de nuestra tierra se manifiesta, recordándonos que Medellín no solo quiere a sus habitantes, sino que los envuelve en un abrazo cálido de flores, música y tradición.
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