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jueves, 5 de octubre de 2017

Al patio 7 de la cárcel El Pedregal llegó el color para cambiar la vida

thumbnail_Nuevo Patio 7 El PedregalA través del programa Tejiendo Hogares del Despacho de la Primera Dama de Medellín y con el apoyo de la Fundación Orbis – Pintuco, se intervino el Patio 7 de la cárcel El Pedregal para mejorar la calidad de vida de esta población.

Las internas recibieron capacitación por parte de la Fundación Orbis – Pintuco para que ellas mismas pintaran el patio, el cual hoy disfrutan de otra manera con sus hijos.

El Inder, la fundación Las Golondrinas y el programa Buen Comienzo se sumaron para adecuar y dotar el lugar con elementos deportivos, colchonetas y juguetes.

Las paredes grises y frías del Patio 7 de la cárcel El Pedregal se transformaron en paisajes soleados, llenos de naturaleza y animales saltando entre las flores. Los niños y sus madres internas en ese lugar trabajaron con un grupo de artistas que, luego de un taller de imaginarios, plasmó en los murales el sueño de un ambiente más cálido para esos hijos menores de tres (3) años que pasan los días junto a esas mujeres privadas de la libertad.

Esta transformación del espacio fue posible gracias a la iniciativa que lideró la Primera Dama de Medellín, Margarita María Gómez Marín, con el apoyo de la Fundación Orbis - Pintuco, que se encargó de donar los materiales y de capacitar a las internas para que fueran ellas las que pintaran el lugar.

“Este proyecto nace de la apuesta que tenemos en el Despacho para fortalecer las relaciones familiares a través de nuestro programa Tejiendo Hogares. En la cárcel existe una dura realidad: unas madres que permanecen allí con sus hijos menores de tres (3) años.

Aquí estamos haciendo un aporte para mejorar esas condiciones y que esos niños tengan un ambiente más apropiado para su desarrollo, y sobre todo para estrechar los vínculos afectivos entre madre e hijo”, explica la Primera Dama.

Esa visión la comparte Miguel Ayala, director de la Fundación Orbis-Pintuco, como aliado de este proceso: “Nuestra apuesta está centrada en generar procesos sociales que mantengan la calidad habitacional de las viviendas, los espacios comunitarios y las obras o equipamientos. El aporte de la pintura ha sido el motor para reavivar el sentido de pertenencia de las personas que habitan estos lugares, como el Patio 7.

Sabemos que la pintura y el color no alimentan niños, ni educan, ni curan a los enfermos.; pero la experiencia nos demuestra que hay una manera diferente de hacer las cosas, y que si llevamos ese espíritu y ese color a otros escenarios de la vida, vamos a lograr transformaciones mucho más significativas”.

Además de la intervención artística, otras entidades como el Inder, la fundación Las Golondrinas y el programa Buen Comienzo de la Secretaría de Educación de la Alcaldía de Medellín, se sumaron para dotar el lugar con elementos deportivos, colchonetas, juguetes y la adecuación de los sitios donde los niños duermen, todo esto con un acompañamiento sicosocial para las madres y sus hijos.

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