En Medellín, se inició la destrucción de 888 armas que fueron incautadas como parte de los operativos de seguridad realizados por la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá. Estas armas, que incluyen traumáticas, neumáticas, de fogueo y similares a armas de fuego, junto con 744 proveedores y 4.533 cartuchos, serán fundidas gracias a la colaboración de la Institución Universitaria Pascual Bravo. Este procedimiento no solo simboliza un avance en la lucha contra la criminalidad, sino que también marca un compromiso con la vida y la seguridad ciudadana.
El secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín, Manuel Villa Mejía, destacó la importancia de estas acciones: "Cada una de estas armas significa un delito menos y una vida protegida", afirmó. La destrucción es parte de las estrategias conjuntas que incluyen planes como las caravanas por la seguridad y los operativos en zonas críticas de la ciudad, que este mes han permitido la captura de 16 personas y la incautación de 22 armas destinadas a actividades delictivas.
Además, el rector de la Institución Universitaria Pascual Bravo, Juan Pablo Arboleda Gaviria, explicó que las armas serán transformadas en elementos artísticos y productos académicos, enviando un mensaje de reconciliación y cultura ciudadana. Este enfoque innovador refuerza el compromiso del Distrito en prevenir y combatir la delincuencia, mientras se promueve la paz y la seguridad en Medellín.
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