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miércoles, 17 de julio de 2019

Licenciados, especialistas y magísteres de comunidades indígenas se gradúan de la UPB

Licenciados en Etnoeducación, magísteres y especialistas se graduaron de la UPB gracias al convenio entre la Universidad y el Instituto Misionero de Antropología (IMA), que permite que habitantes de regiones como Amazonía, Putumayo y Toribío, en el Cauca, estudien en la institución.

Dicho convenio data de hace 50 años, cuando la Universidad se puso como objetivo la educación multicultural de maestros indígenas y afrocolombianos, líderes comunitarios, madres cabeza de familia y campesinos, entre otros.

Gracias a esto la Universidad ha llegado a zonas donde hay poca presencia del Estado para trabajar en función del rescate y conservación de tradiciones y en la educación como pilar de transformación y cohesión cultural.

"Es un convenio maravilloso que se ha materializado gracias a la UPB que ha cobijado a los misioneros que quieren llevar educación a las regiones más apartadas del país", afirmó Olga Lucía Arbeláez, coordinadora académica de Etnoeducación y docente de la Escuela de Educación y Pedagogía.

El convenio IMA-UPB tiene sedes en Toribío-Cauca, Puerto Asís-Putumayo, Valle del Sibundoy-Putumayo y Medellín. Estos lugares funcionan como centros tutoriales donde cada seis meses, durante 20 días, los estudiantes cumplen con el 50 % de las asignaturas; el otro 50 % del tiempo es a distancia, para lo cual se les asigna un material con el fin de desarrollar su trabajo de campo.

La Universidad Pontificia Bolivariana ha entendido con la Licenciatura en Etnoeducación, programa base del convenio, que formar a los maestros en estas comunidades es orientar a las personas que ejercen un liderazgo para influir en la calidad de vida y en desarrollo de la población.

Con su presencia activa en estas regiones, la UPB forma para fortalecer las habilidades y el talento de maestros que son egresados con un liderazgo comunitario que van desde sus labores de cortar árboles, tallar canoas, reconocer canales de ríos, dictar clases y a la vez ejercer como concejales, alcaldes y mujeres líderes con capacidades de gestionar proyectos de impacto para su población.

"Destaco tres aspectos de este convenio: Lo primero es la oportunidad de estudios para personas que no tienen otras oportunidades. Indígenas, afros, campesinos que están en regiones alejadas de Colombia. Lo segundo es que estos estudios del convenio tienen la parte aplicada en cada una de las comunidades. La promoción y crecimiento de las comunidades ha sido muy grande. Hay graduados de este convenio en lugares muy remotos de Colombia y de otros países, animando y ayudando a las comunidades; y lo tercero es que el crecimiento de las comunidades ayuda a que vayamos construyendo paz, que creo que es un gran regalo que tenemos de este convenio", expresó Constantino Gutiérrez, director Instituto Misionero de Antropología.


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