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lunes, 26 de octubre de 2020

¿Qué es la baja visión y cuáles son sus síntomas de alerta?

  • El desconocimiento y la falta de atención oportuna, han impedido que millones de personas alrededor del mundo pudieran haber evitado la baja visión.

  • Si sus gafas parecen no funcionar a pesar de diferentes cambios de fórmula, tiene un síntoma de alerta de baja visión.

  • Aprender cómo actuar frente a este diagnóstico es clave, y si convive con una persona con baja visión conviértase en un facilitador y no en una barrera.

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¿Sabe qué es baja visión? ¿reconoce sus síntomas? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el desconocimiento y la falta de atención oportuna han impedido que millones de personas alrededor del mundo pudieran haber evitado esta condición que, afecta sustancialmente la vida de los individuos y de la sociedad en general. De hecho, aunque se desconoce el número exacto, se estima que 11,9 millones de personas en todo el mundo tienen una deficiencia visual que podría haberse evitado.

“La baja visión es la pérdida definitiva pero no completa de la agudeza visual. Una persona con esta condición no puede ver bien de cerca ni de lejos y dicha pérdida de visión no se puede corregir con tratamientos médicos, quirúrgicos o el uso de lentes, se requieren ayudas adicionales que le permitan realizar sus actividades con mayor facilidad”, afirma Johanna Rozo, Experta en Baja Visión del Centro de Rehabilitación para Adulto Ciegos CRAC.

Algunos de los síntomas principales y señales de alerta a tener en cuenta, son:

  1. Fatiga visual: Dolor de cabeza, ardor en los ojos y las gafas parecen no funcionar a pesar de diferentes cambios de fórmula.

  2. Pérdida al contraste: No ver bien de noche y tampoco bajo la luz del sol.

  3. Dificultad para realizar actividades cotidianas: Acercarse mucho para leer, no poder enhebrar una aguja, no ver el aviso de los buses, preparar un alimento o servir líquidos ya que no se calcula bien la distancia y los derrama, no poder usar fácilmente el computador o el celular, entre otras.

  4. Ver rostros distorsionados: No reconocer el rostro de las personas al momento de saludarlas.

  5. Dificultad para realizar actividades cotidianas: Acercarse mucho para leer, no poder enhebrar una aguja, preparar un alimento o servir líquidos ya que no se calcula bien la distancia y los derrama.

De igual forma, existen factores de riesgo que pueden incrementar la posibilidad de tener baja visión, tales como:

  1. Envejecimiento y genética: Diferentes alteraciones visuales aumentan notablemente con la edad como las cataratas, que ocasiona nubosidad en el cristalino del ojo y con ello una visión cada vez más borrosa. La genética también contribuye al desarrollo de algunas enfermedades oculares, como el glaucoma, definida como el daño progresivo al nervio óptico.

  2. Enfermedades oculares: Varias alteraciones oculares pueden ocasionar baja visión, entre las más comunes se encuentra la degeneración macular relacionada a la edad, que se estima, la tienen 196 millones de personas a nivel mundial y genera daños en la parte central de la retina, responsable de la visión detallada, por lo que se producen manchas oscuras, sombras o distorsión de la visión central.

  3. Tabaquismo y nutrición:  El tabaquismo es el principal factor de riesgo modificable de la degeneración macular senil e influye en el desarrollo de las cataratas. La nutrición también puede desempeñar un papel importante en las enfermedades oculares.

¿Cómo actuar frente a este diagnóstico?

En primer lugar, se debe acudir a un oftalmólogo para recibir un diagnóstico correcto y el mejor tratamiento que permita detener el avance de la enfermedad. Terminado este proceso, un optómetra especialista en baja visión puede  formular ayudas ópticas o electrónicas que permitan desarrollar actividades cotidianas, estas ayudas pueden ser, lupas para ver de cerca, telescopios monoculares para ver de lejos o magnificadores de pantalla entre otros.

En segundo lugar, es necesario tener en cuenta que el residuo visual que se tenga, se debe usar al máximo a través de la orientación de un profesional, el objetivo, es que la persona entienda qué pasa con su visión para usarla de manera más eficiente. El Centro de Rehabilitación para Adultos Ciegos (CRAC) es justamente una fundación privada sin ánimo de lucro y habilitada como IPS que cuenta con un modelo de rehabilitación integral dirigido a personas con baja visión irreversible que involucra a su familia, entidades educativas, de salud y empresas, y consta de un proceso que integra cuatro servicios: 

  1. Evaluación en baja visión 

  1. Estimulación visual 

  1. Entrenamiento visual 

  1. Desarrollo de áreas funcionales

Finalmente, si convive con una persona con baja visión conviértase en un facilitador y no en una barrera. “No siempre estas personas ven igual, hay unos días que van a presentar un mejor desempeño visual, mientras que otros días van a ver menos y esto tiene una relación profunda con el estado de ánimo. Los cuadros de depresión por la pérdida progresiva de visión crean bloqueos cognitivos que impiden tener buena disposición para usar su residuo visual, por ello evite señalamientos como: Usted solo ve lo que le conviene”, asegura Mauricio León, Terapeuta Ocupacional adscrito a la Unidad de Inclusión del CRAC.

“Además, aquellas personas con baja visión también usan bastón pero de color verde para desplazarse, por lo que, cuando son vistas en la calle, las confunden con personas ciegas, quienes usan uno blanco, y muchas veces son criticados, pues ellos aún tienen un residuo visual que les permite ver sombras o figuras, pero para ello deben seguir con la mirada sus objetivos visuales o acercarse mucho a ellos para verlos o identificarlos”, concluye León.

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