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jueves, 16 de junio de 2016

Éste es el año en que cambiará todo para América Latina

People cross a street in downtown Buenos Aires

Image: REUTERS/Marcos Brindicci

Escrito por: Peter VanhamSenior Media Manager, World Economic Forum

Las noticias provenientes de América Latina en meses recientes no han sido muy alentadoras. El crecimiento económico este año se espera que sea 0,5% negativo, agregándole a esto que muchos países de la región están atravesando disturbios políticos, y para ajustar, el virus Zika continúa expandiéndose por todos los países de Latinoamérica.

Aun así, el 2016 podría ser un año de cambios positivos para las economías de la región, y hay 5 razones que lo comprueban.

1. Colombia está en procesos para un acuerdo de paz

Por muchas décadas, Colombia ha sufrido las lamentables consecuencias de una rebelión expansiva por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Se estima que durante los últimos 20 años, alrededor de 20,000 colombianos han muerto en el conflicto, incluyendo ciudadanos, hombres del ejército, y rebeldes.

Con el Foro Económico Mundial de América Latina por delante, parece que el conflicto armado Colombiano va a llegar a su final. El presidente Juan Manuel Santos y su gabinete, anunciaron recientemente ciertos acuerdos preliminares con las FARC, y además anunciaron que están en conversaciones de paz con el ELN. En un anuncio para el Wall Street Journal, Humberto de la Calle, representante del Gobierno Colombiano en las negociaciones de paz, afirmó que el presidente Santos esta “determinado a lograr la paz”.

Si los diálogos de paz son exitosos, se espera que estos causen una ganancia para la sociedad y para la economía del país. En muchos lugares de Colombia, las personas podrán retomar sus vidas y su trabajo, sin tener que preocuparse por el terrorismo causado por los grupos mencionados anteriormente. El acuerdo de paz también será positivo para el sector manufacturero, para los inversionistas y los comerciantes, debido a que creará un ambiente más atractivo y seguro en el país para los negocios. Este podría estimular el crecimiento económico, que está bien en 2.5%, pero nunca comparado al crecimiento de 5 años antes, cuando Colombia disfrutaba de un auge económico impulsado por las materias primas.

2. La economía de Brasil parece haber tocado fondo, pero puede encontrar la manera de volver a subir.

Cualquiera que haya estado al tanto de las noticias de Brasil en los últimos años, sabe que no han sido las mejores. La nación perteneciente a la asociación BRICS, pasó de un periodo de altas tasas de crecimiento (llegando a 6-7%), a un drástico decrecimiento económico; incluso se espera que este año tenga una tasa de crecimiento negativa de 3,8%.

En el ámbito social, el crecimiento de la clase media se frenó y comenzó a retroceder, lo que hizo que las personas se tomaran las calles para mostrar su descontento. En la otra mano, en el ámbito político las noticias eran aún peores. Después de ganar la re-elección, la Presidente Dilma Rouseff casi inmediatamente se vio metida en una crisis política; se levantó un escándalo de corrupción que involucraba a muchos políticos brasileros, incluyendo su propio partido. Esto produjo que los ciudadanos y el parlamento perdieran la confianza en ella. Finalmente, en mayo de este año terminó la crisis: la presidente fue suspendida y el vicepresidente tomo su lugar temporalmente.

Mientras el destino de Dilma Rouseff permanece incierto, los inversionistas parecen tener fe en que lo peor ya ha terminado para Brasil. Desde que el vicepresidente Tamer asumió temporalmente la presidencia, el mercado de valores se ha recuperado, y así mismo, ha aumentado la confianza en los negocios. La razón podría ser que las personas de negocios y los inversionistas creen que el cambio político va a traer una transformación grande y positiva en las políticas económicas de Brasil. Las funciones públicas tanto financieras como económicas están ahora en manos de hombres de negocios con experiencia previa y de economistas, incluyendo el presidente del Banco Central, Ilan Goldfajn, el anterior jefe economista de Itau, y el Ministro de Finanzas Henrique Meirelles.

Pero además de todos los cambios políticos, el FMI ya tenía previsto que la recesión culminará en el 2017, antes de que el nuevo gobierno empiece a ejercer.

3. Argentina y Cuba re ingresan a la economía global, después de décadas de aislamiento.

Otro cambio proviene de Argentina y Cuba, dos países que hoy en día están buscando políticas económicas a favor de un comercio más abierto.

Cuba, primero que todo, recientemente restauro sus relaciones diplomáticas con su enemigo de hace mucho tiempo, los Estados Unidos de América. Esto podría indicar el comienzo de un proceso, más que un fin, especialmente en el ámbito económico. En años futuros, probablemente EEUU levante sus políticas estrictas de viaje y permita más turismo e inversión en Cuba. Esto por su parte, estimulará el crecimiento económico de Cuba, que durante mucho tiempo trató de proporcionar salud y educación para todos, mientras restringía ciertas libertades económicas de la población. Por lo tanto, este estímulo al crecimiento de la economía será bienvenido pero difícil de conseguir. El modelo económico Socialista que ha prevalecido en Cuba durante décadas, ha creado un crecimiento apenas modesto en los últimos años. El sector privado y las cooperativas, representan tan solo un cuarto de la producción económica e incluso mucho menos en términos de empleo.

Los Estados Unidos no son el único país con el que Cuba está fortaleciendo sus relaciones económicas. En el Foro Económico Mundial de América Latina, Cuba y Colombia organizarán una conferencia de prensa en conjunto, para firmar un nuevo tratado de libre comercio.

En el otro lado, Argentina también está realizando continuas reformas económicas, y estabilizando sus relaciones con EEUU. Después de no pagar su deuda hace unos años y haberse sometido a una larga y continua batalla legal para hacer frente a las consecuencias de esta deuda, el 2016 parece que finalmente será el año en el que Argentina podrá volver a mirar hacia el futuro. Mientras la batalla legal por sus deudas aún sigue en pie, el nuevo gobierno en manos del Presidente Mauricio Macri, finalmente ha acabado con el aislamiento político del país. Él ganó las elecciones Presidenciales el pasado Noviembre, lo que lo convirtió en el primer presidente no peronista después de 14 años.

4. Es casi seguro que ocurrirá un gran cambio en Venezuela

El país que causa más preocupación hoy en día en América Latina es Venezuela, un país al borde del colapso económico. En el corazón de esa cercanía al colapso está el petróleo, el cual representa la mayor parte de sus exportaciones, y una parte considerable de su PIB. Pero los bajos precios significan que los ingresos en dólares provenientes del “oro negro” son insuficientes para cubrir las necesidades básicas de la nación. Como consecuencia, el gobierno ahora presenta un gran déficit presupuestario, una inflación rampante, y tiene escases de productos básicos importados, incluyendo alimentos y medicina. En cuatro años, el bolívar, la moneda del país, ha perdido aproximadamente el 95% de su poder adquisitivo.

Además, el país también tiene una de las tasas de homicidios y crimen más altas del mundo, a esto añadiéndole que a menudo tiene escases de electricidad, y está experimentando desorden político. La oposición en Venezuela, la cual ganó las elecciones parlamentarias del año pasado, está actualmente buscando destituir al Presidente Maduro mediante un referéndum. Pero esa revocación, si es que alguna vez ocurre, no podrá ser sino hasta el 2017.

Si hay algo que mantiene la esperanza de Venezuela por un futuro mejor, debe ser que las cosas no tienen como ponerse peor a como lo han estado en el 2016. Puede ser que el precio del petróleo sigua en el piso y el gobierno colapse, abriéndole camino a una transición política; o que los precios del petróleo suban y por ende puedan importar alimento y pagar sus deudas. La perspectiva de que el bolívar pierda el valor que aún le queda no es para nada buena, pero al menos le da una oportunidad al país de empezar de cero.

Todos estos cambios podrían llevar al crecimiento de la región

Si las cuatro razones explicadas previamente se convierten en una realidad, América Latina como un todo podrá salir del peor rendimiento económico que ha tenido desde la crisis de la deuda en 1982-1983. El FMI ha pronosticado en los últimos años un bajo desempeño para la región, pero ese ciclo negativo podría estar llegando a su fin. En su último reporte económico, el FMI dijo que esperaba que la región creciera un 1,5% en el 2017, 2% más que la proyección de este año, la cual fue de -0,5%.

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