Los lugares de Medellín con mayor índice de población en condición de trabajo infantil son Manrique, el Centro, Laureles y El Poblado. En estos sitios se han detectado niños dedicados a la venta de golosinas, aguacates y mangos, en algunos con la presencia de sus padres.
Para combatir el trabajo infantil, un grupo de profesionales de la Unidad de Niñez se desplaza hasta los barrios para identificar casos, brindar acompañamiento integral a las familias y por último evaluar las necesidades que tienen los menores de edad para acercarlos a la oferta institucional.
La Oficina Internacional del Trabajo –OIT- define al trabajo infantil como toda labor que priva a los niños de su condición, su potencial y su dignidad; que es perjudicial para su desarrollo físico, psicológico, mental o moral; y que interfiere en su escolarización ya que los priva de la posibilidad de asistir a clases, los obliga a abandonar la escuela de forma prematura o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado. La explotación económica se refiere a la utilización de niños y adolescentes para ejercer la mendicidad.
La invitación es a denunciar a 123 social y al 141 cualquier caso de vulneración.
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