La jornada contó con la presencia del Gobernador del Meta, Alan Jara, quien de igual forma sufrió el flagelo del conflicto.
El mandatario seccional, en su doble condición de ejecutivo y víctima, resaltó que a pesar de aquella tormentosa etapa que le costó ocho años de su vida, siente ilusión de que se avance en el proceso y no haya más víctimas de este tipo.
“Estamos en un departamento en el que hemos tenido que huir del campo para aprender a sobrevivir de forma precaria en las ciudades”, afirmó.
Para Jara, la importancia del punto quinto de la mesa de conversaciones se centra en resarcir a las víctimas y en que su participación sea directa, una exigencia para el Gobierno y las FARC.
Más allá de víctimas, comenta, son seres humanos con derechos, con condiciones socioculturales y ambientales propias del territorio que habitan y del que fueron expulsados por actores armados.
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